Anteriormente, las autoridades de la prefectura de Ishikawa habían informado de 94 muertos, 464 heridos y unos 222 desaparecidos.
Hasta ese momento se había confirmado la muerte de 55 personas en la ciudad de Wajima, la más afectada, cifra a la que se sumaron 23 fallecidos en Suzu, cinco en Nanao y Anamizu, dos en Noro y uno en Shika y Hakui, todas ellas situadas en la prefectura de Ishikawa.
Cuatro días después del seísmo todavía había 14 localidades de la prefectura, entre ellas periféricas a Wajima, aisladas, mientras cerca de 30.000 evacuados de la prefectura seguían aguardando el retorno a sus hogares.
Mientras tanto, la Policía japonesa ha incrementado el número de efectivos dedicados a la respuesta de emergencia, de 700 a 1.100, y el Gobierno japonés ha duplicado el número de militares desplegados a las zonas afectadas, hasta los 5.000 participantes, informa la agencia oficial de noticias japonesa Kiodo.
El terremoto, que se ha convertido en el temblor de mayor intensidad desde que comenzaron los registros en 1885, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA, por sus siglas en inglés), tuvo su epicentro a unos 30 kilómetros al noroeste de Wajima y una profundidad de 16 kilómetros. El seísmo desencadenó una inusual alerta de tsunami importante, aunque en la mañana del martes todos los avisos habían sido levantados, y se ha visto replicado por cientos de nuevos temblores.
La última de las réplicas, según Kiodo, ha sido un terremoto de magnitud 5,3 registrado este sábado por la mañana.