En un fallo contundente, el Tribunal declaró culpable a Mbururu por el delito de abuso sexual agravado en perjuicio de una menor de 12 años, hecho ocurrido en el año 2020. La sentencia, que condena al acusado a 15 años de prisión, marca un precedente en la lucha contra los delitos de violencia sexual hacia menores.
Durante el juicio, se presentaron pruebas contundentes que vinculan a Mbururu con el crimen, lo que llevó al Tribunal a dictar la sentencia máxima permitida por la ley. Sin embargo, en un giro inesperado, la madre de la víctima fue absuelta de todos los cargos y puesta en libertad, luego de que no se encontraran evidencias suficientes para implicarla en el caso.






