Familiares y vecinos de Lucineia Gomes Ribeiro, mujer asesinada y arrojada a un barranco en junio de este año, denunciaron un presunto hecho de corrupción que habría involucrado al fiscal de Minga Porã, Fidel Godoy, y a agentes del Departamento de Investigaciones de San Alberto. Según las acusaciones, los mencionados habrían recibido una millonaria suma de dinero del esposo de la víctima para desvincularlo del caso, a pesar de que este figuraba como principal sospechoso del crimen.
De acuerdo con las versiones, el esposo habría descubierto una infidelidad y, tras ello, torturó y asesinó a Lucineia. Durante un allanamiento realizado en la vivienda de la pareja, la comitiva fiscal-policial halló importantes evidencias, entre ellas una sábana con manchas de sangre y una escopeta.
Lo que más llama la atención es que el propio sospechoso declaró poseer también una pistola, aunque afirmó haberla vendido recientemente a un camionero, versión que hasta el momento no fue corroborada por las autoridades.
Los familiares de la víctima exigen una investigación transparente y la intervención del Ministerio Público ante la gravedad de las denuncias que salpican a funcionarios del sistema de justicia.






