enero 19, 2025

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Despachantes utilizan una empresa de limpieza para meter electrónicos al país

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Una verdadera rosca corrupta es la que conforman un grupo de despachantes para poder introducir productos electrónicos e informáticos al mercado de Ciudad del Este. El grupo, supuestamente liderado por Luis Rafael Franco, alias “Menochio” y el ciudadano uruguayo Carlos Silva Malerba, estarían utilizando una empresa que se dedica al rubro de la limpieza, para ingresar todo tipo de mercaderías desde el exterior. Se trata de King Clean S.A., firma que supuestamente está ubicada en el barrio San José Obrero de Ciudad del Este. Los productos robados hace varias semanas atrás en la zona de Cordillera también fueron “importados” por esta misma firma. Esta misma empresa fue la utilizada para introducir a través de la aduana del aeropuerto Silvio Pettirossi una carga de celulares, perteneciente a un comerciante árabe, carga que fue desviada por el grupo.
La Jornada pudo acceder a la guía aérea de 1,037 kilos de productos electrónicos adquiridos por la firma King Clean S.A., con RUC 80102143-0, en los Estados Unidos. La carga fue embarcada con destino a Paraguay por Kope Logistics Inc., desde Miami, Florida.
El cargamento fue traído a nuestro país por LATAM Cargo el 13 de septiembre de este año. Según fuentes fiables, el cargamento consistía en aparatos celulares, específicamente iPhone 16 Pro Max. Las mercaderías fueron adquiridas por un comerciante libanés de Ciudad del Este. Para la gestión de envío, embarque y despacho correspondiente, el empresario contactó al ciudadano uruguayo Carlos Silva Malerba, quien le mencionó que utilizaría su propia firma para traer los productos, e incluso le ofreció un costo muy por debajo del precio normal del flete aéreo.
El trabajo de relaciones públicas y contacto con los clientes en Ciudad del Este lo realiza Silva Malerba, y para llevar a cabo las gestiones de cobranza e incluso envío de dinero, según los datos, se encarga Jesús González, un ciudadano paraguayo que también forma parte del equipo.
Otro miembro de la organización es Luis Rafael Franco, alias “Menochio”, quien tiene el “canal” en Aduana del aeropuerto Silvio Pettirossi para introducir al país los productos, en algunos casos subfacturados, mientras que otros son traídos completamente en frío, de acuerdo con la información proporcionada por la fuente.
En este caso específico, los 1,037 kilos de celulares sí llegaron al país y fueron despachados, pero jamás llegaron a su destino, ya que inventaron una larga historia al ciudadano libanés, a quien incluso luego amenazaron para que no reclamara más en relación con el caso.
POR QUÉ NO LLEGÓ LA CARGA
A mediados del mes de septiembre pasado, un grupo de asaltantes que se hicieron pasar por agentes de la Senad y efectivos policiales interceptó un cargamento que estaba partiendo con destino a Ciudad del Este. En uno de los vehículos estaba el despachante Luis Rafael Franco, alias “Menochio”, quien también fue víctima del hecho.
Llamativamente, las mercaderías venían escoltadas por dos agentes de Antiterrorismo de Ciudad del Este, policías que cumplían el papel de guardias privados. En esa ocasión, se denunció que supuestamente los bandidos, que utilizaron una gigantesca estructura, robaron mercaderías por un valor cercano a los 700 millones de guaraníes.
Esta información no fue creída en absoluto por los investigadores policiales. La carga que había partido de Silvio Pettirossi fue introducida al país por la firma King Clean S.A., empresa que, según los registros, se dedica a la limpieza y está ubicada supuestamente en el barrio San José Obrero de la capital departamental. Esta misma denominación también fue utilizada para traer los celulares del empresario árabe de Ciudad del Este, carga que fue desviada en su totalidad.
Según los datos que ahora emergen, cuando los bandidos robaron la carga que traía Franco, los dueños presionaron tanto que decidieron entregar parte del cargamento que debían entregar al comerciante libanés, quien hasta el día de hoy sigue reclamando por sus mercaderías. El golpe en esa ocasión fue de más de 500 mil dólares americanos.

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