En medio de su crecimiento constante, Hernandarias se ve asediada por un sistema de transporte público que dista mucho de ser eficiente. Con unidades que superan los 40 años de servicio, la ciudad experimenta las consecuencias de una gestión deficiente, irresponsable y costosa en este aspecto vital para la movilidad urbana.
Las obsoletas unidades de transporte no solo comprometen la calidad del servicio, sino que también plantean serias preocupaciones en términos de seguridad y sostenibilidad. La falta de inversión en renovación y modernización de la flota afecta directamente la calidad de vida de los habitantes de Hernandarias, limitando su acceso a oportunidades y afectando negativamente la imagen de la ciudad en crecimiento.
Urge una revisión exhaustiva de las políticas de transporte público, con un enfoque en la adquisición de nuevas unidades y la implementación de medidas que garanticen la eficiencia y seguridad del sistema. El bienestar y el progreso de Hernandarias dependen de un transporte público moderno, confiable y acorde con las necesidades de una ciudad en constante expansión.