El tradicional novenario en honor a la Virgen de Caacupé comenzó este jueves con la homilía del monseñor Gabriel Escobar Ayala, obispo del Vicariato del Chaco, quien llamó a los fieles a vivir con esperanza y compromiso cristiano en medio de las dificultades cotidianas.
El mensaje del obispo incluyó una fuerte reflexión sobre las desigualdades sociales y los desafíos que enfrenta la nación. Criticó la falta de acceso a servicios básicos como salud, educación y transporte público, al señalar que muchas familias paraguayas deben recurrir a rifas y actividades comunitarias para solventar gastos médicos y otras necesidades esenciales.
“El seguro médico del pobre son las polladas y los asaditos. Esto no debería ser así en un país que aspira a la justicia y al desarrollo”, expresó Escobar. También abogó por una mayor inversión estatal en educación y salud, pilares fundamentales para superar la pobreza y el analfabetismo.
El obispo enfatizó la importancia de la unidad y el compromiso político para construir un Paraguay más justo y equitativo. Recordó que los servidores públicos deben trabajar en beneficio del pueblo, y no aprovechar sus cargos para acumular privilegios.
En su homilía, Mons. Escobar también abordó el mensaje del Evangelio del día, destacando la necesidad de estar vigilantes ante los desafíos actuales y de no perder la fe frente a las dificultades. “El mal nunca tendrá la última palabra. Cristo nos llama a levantarnos, a alzar la cabeza, porque nuestra liberación está cerca”, afirmó.
Finalmente, pidió a la Virgen de Caacupé que bendiga a todos los paraguayos, tanto a los que habitan en el país como a los migrantes que luchan por un futuro mejor en el extranjero.
Con la tradicional misa de apertura, Caacupé inicia oficialmente su novenario, un tiempo de devoción y esperanza que culminará el 8 de diciembre, día de la Virgen. Se espera la participación de miles de fieles que, en un clima de fe, depositarán sus oraciones y súplicas a los pies de la Mamá Guasu.
F:DH