El sistema judicial paraguayo vuelve a quedar en entredicho tras el sobreseimiento definitivo del exministro del Interior, Rafael Filizzola, luego de 14 años de dilaciones y chicanerías procesales sin que siquiera haya declarado para demostrar su inocencia. Este caso evidencia cómo la justicia actúa con dureza contra algunos, mientras protege a figuras políticas con poder e influencia.
El contraste es evidente cuando se observa el caso del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto Vallejos, quien acumula 41 denuncias por corrupción y sigue siendo protegido por jueces y fiscales. En cambio, dirigentes colorados enfrentan imputaciones, embargos y hasta condenas, dejando en evidencia una justicia que persigue a unos y blinda a otros.






