La decisión del presidente argentino, Javier Milei, de faltar a una cumbre del Mercosur este lunes fue “una enorme tontería”, dijo su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al término del encuentro en Asunción de este bloque regional estancado por un demorado acuerdo con la Unión Europea. “Es una enorme tontería que el presidente de un país importante como Argentina no participe en una reunión con el Mercosur”, dijo Lula a periodistas al cabo de la conferencia.
“Lo que importa es que el pueblo argentino participe en el Mercosur”, prosiguió Lula. Los presidentes de los otros dos países fundadores de Mercosur –el uruguayo Luis Lacalle Pou y el anfitrión, el paraguayo Santiago Peña– también lamentaron la falta de integración del bloque regional y su tendencia a verse menoscabado por diferencias ideológicas.
“Si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes. Yo le presto importancia al Mercosur. Y si realmente creemos en este bloque, deberíamos estar todos”, fustigó Lacalle Pou. El líder uruguayo se refería a Milei, un economista ultraliberal que lleva a cabo una profunda reforma del Estado en Argentina y quien faltó a la cita después de haber cruzado vilipendios con Lula, al llamarlo “zurdito” con el “ego inflamado”.
De su lado, Peña comentó que el bloque sufría de “fatiga de integración”. “Avanzó mucho en la década de los 1990 pero en los 2000 (…) hubo un cambio en la tendencia con un sesgo ideológico que hizo desintegrar al bloque”, dijo. La canciller argentina, Diana Mondino, en representación de Milei, replicó en su discurso: “No tenemos por qué estar de acuerdo, pero sí tenemos que poder escuchar distintas opiniones. Espero que alcancemos como grupo esta madurez”.
Más flexibilidad
Mondino criticó el “exceso de regulaciones” del bloque regional, con las cuales en lugar de defenderse de otros mercados los países miembros acabaron limitando sus propias exportaciones. “El Mercosur dejó de ser una válvula de escape para volverse un corsé que nos inmoviliza”, sostuvo, al abogar por “terminar con las barreras arancelarias”, en una postura opuesta al tradicional proteccionismo de Argentina.
La flexibilidad -que permitiría acuerdos con terceros países sin la anuencia de sus socios-, es un viejo reclamo de Uruguay, que asumió la presidencia semestral del grupo prometiendo impulsar un acuerdo con China. La misión es difícil: Paraguay carece de relaciones con el país asiático ya que reconoce a Taiwán, algo que Pekín no tolera.
“No estamos cerrados a la negociación como bloques, pero no estamos dispuestos a renunciar a una negociación de más de 66 años con la República de China”, explicó Peña al ser consultado sobre si aprobaría un TLC con Pekín.