Una mujer que estaba al cuidado de una menor se perdió del grupo con el que peregrinaba y solicitó ayuda para el reencuentro. Mientras tanto, la beba que llevaba consigo fue amamantada por una suboficial.
Ante la dificultad para encontrar a sus acompañantes, solicitó ayuda a los agentes de la Comisaría 1ª de esa ciudad, quienes le permitieron refugiarse en la sede policial mientras aguardaba.
Además, una suboficial decidió amamantar a la pequeña beba que lloraba de hambre y se sintió cobijada por la uniformada.
Finalmente, la Defensoría de la Niñez localizó a la madre de la menor y se produjo el esperado reencuentro de madre e hija. Cada año se aconseja no llevar niños y mucho menos bebés a la peregrinación de Caacupé, debido a la exposición al calor, las lluvias, el hambre, el cansancio, etc.
F:DH