“Le agradezco a mi padre que me haya dado esta oportunidad, que me haya dado la libertad de tomar esta decisión. Me encargué de poder dar esta renuncia, debido a la situación que se dio”, expresó Alejandro Ovelar en conversación con los medios.
El joven de 20 años era funcionario contratado de la Cámara de Diputados, con un salario de G. 3.300.000. Por este sueldo cumplía tareas administrativas, entre ellas, imprimir papeles, según él mismo reconoció ayer en una entrevista con los periodistas del área legislativa.
Alejandro aseguró que llegó a ese puesto por mérito y no por influencia de su padre Silvio Ovelar, titular de la Cámara de Senadores.
Por su parte, Beto Ovelar llamó a una conferencia de prensa el miércoles, ocasión en la que defendió el cargo de su hijo y afirmó que tuvo la posibilidad de recibir una mejor educación que otros chicos.