Debido a las multimillonarias pérdidas por robo de energía, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) ya ha denunciado 8 casos en lo que va del año, los cuales culminaron en allanamientos con acompañamiento fiscal y policial. Cinco de las mineras están ubicadas en Alto Paraná y las investigaciones están a cargo del agente fiscal Julio Paredes. Las pérdidas económicas para el ente solo este año superan los 4.700 millones de guaraníes que no han sido cobrados hasta la fecha.
El ingeniero Hugo Rolón, gerente comercial y jefe de la división de pérdidas del ente energético, explicó que las mineras intervenidas en Alto Paraná robaron energía por un valor superior a 2.800 millones de guaraníes. Todas están clausuradas, con medidores retirados y hasta la fecha ninguna se ha acercado para regularizar su situación. De acuerdo con el relato del ingeniero Rolón, cada granja minera de criptomonedas, dependiendo de la cantidad de máquinas procesadoras instaladas, roba un promedio de entre 400 y más de 700 millones de guaraníes por mes en consumo de energía eléctrica.
La ANDE ha invertido en equipamientos tecnológicos con la intención de determinar durante cuánto tiempo estuvo robando cada minera, basándose en las variaciones registradas en cada lugar intervenido. En todos los casos se confirmó que los responsables contrataron a personal calificado, quienes realizaron un trabajo de ingeniería, en algunos casos con líneas subterráneas y en otros áreas, pero siempre las conexiones irregulares se inician a por lo menos 300 metros o muchas más de distancia del sitio donde está ubicada la minera, con la intención de evitar ser descubiertos. Igualmente, explicó que en la mayoría de los casos determinaron que los transformadores de gran tamaño utilizados por los dueños de las granjas mineras para el robo o desvío de la energía eléctrica son de procedencia china y no cuentan con ningún registro legal de ingreso al país, ni se sabe qué empresa comercializó el producto. También confirmaron que las máquinas procesadoras son de procedencia china y aparentemente no cuentan con distribuidor autorizado o representante legal en nuestro país.
En Alto Paraná lograron identificar con número de NIS a tres clientes, mientras que dos clientes estaban incluso conectados de manera totalmente irregular, sin contar ni siquiera con medidor. En todos los casos han sido sacados de circulación y ninguno se ha presentado para pagar la multa y regularizar su situación. Los clientes identificados en Alto Paraná son: Héctor Caballero Fernández de Juan León Mallorquín, a quien la ANDE reclama 547.728.000 guaraníes; Takayuki Obara Obara de Yguazú, acusado de robar energía eléctrica por valor de 703.000.000 de guaraníes; Antonia Barrios de Puerto Paranambú, cuya deuda por robo de energía asciende a 703.000.000 de guaraníes; mientras que una minera de Domingo Martínez de Irala, que contaba con una conexión directa, se calculó su consumo en 461.705.240 guaraníes, y otra minera con conexión directa instalada en Minga Guazú, según los técnicos de ANDE, calculó que robó energía por valor de 432.000.000 de guaraníes. Solo en Alto Paraná, hasta mediados de febrero, el ente energético estatal calcula que los responsables de mineras de criptomonedas robaron energía eléctrica por valor de Gs 2.847.433.240.
«En el país hay 50 mineradoras legalmente habilitadas»
El ingeniero Hugo Rolón explicó al diario La Jornada que, en base a un decreto presidencial vigente actualmente, existen 50 contratos vigentes con empresas legalmente constituidas que se dedican a la criptominería. Estas empresas, según el contrato firmado, no pueden retrasarse ni siquiera un mes en el pago por facturación de energía eléctrica. Además, pagan entre un 40% y un 50% más caro por el consumo de energía eléctrica, incluso siendo categoría industrial.
Según la explicación del gerente de la ANDE, esto se debe a que para habilitar una granja minera de criptomonedas, la ANDE previamente y en base al contrato debe realizar inversiones importantes para garantizar potencia continua y constante durante las 24 horas del día, los 30 días del mes, debido a que las mineras exigen y necesitan la máxima potencia contratada de manera ininterrumpida.