La Avenida Costanera, una vez considerada una atracción turística, se ha convertido en un epicentro de caos y desorden. Los residentes del área 6 han reportado un alarmante consumo incontrolable de drogas y alcohol, así como ruidos molestos, pero las autoridades, incluida la Fiscalía de Medio Ambiente bajo la dirección de la Abog. Zunilda Ocampos, han permanecido inactivas.
El concejal David Monzón, propietario de un establecimiento en la zona, se ha convertido en el presunto artífice y cómplice de estas actividades ilícitas, llegando incluso a amenazar a los agentes que intentan intervenir. Su influencia en la farándula local lo ha convertido en un “capo di tutti capi”, lo que agrava aún más la situación. Esta impunidad representa un grave riesgo para la comunidad y los escasos turistas que aún visitan el lugar.